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Los derechos del boxeador, la gran deuda argentina





Después de la presentación oficial de Adeboar, muchos se preguntaron ¿qué reclaman bien los boxeadores? ¿Se les pega a los managers y a la FAB así porque sí? ¿Es cierto que ninguno de los que reclama le ganó un juicio a su ex manejador? A continuación, el detalle de algunos casos que provocaron la creación de esta Asociación de los derechos del boxeador.

Los tipos se suben al ring a romperse la cabeza, pero no tienen obra social, ni jubilación, ni aportes, ni seguro de vida. Están a la buena de Dios. Un día, allá por 2008, se organizaron como pudieron, pues ninguno de ellos es letrado, y empezaron a divulgar sus casos. Se sintieron estafados, decimos sintieron porque hasta ahora, ninguno de ellos logró que la Justicia le diera la razón. Pero al cabo, tres tipos con nombre tienen una historia por contar.

Héctor Velazco: “Estamos cansados que los mánagers nos chupen la sangre, nos organizamos porque se están cometiendo todo tipo de atropellos contra el boxeo y contra el boxedaor. Siendo número 3 del ránking mundial, ganaba 1500 pesos por pelea y trabajaba en una obra en construcción. Cuando fui a pelear por el título del mundo, cobré una bolsa de 10 mil pesos contra Félix Sturm, en la categoría mediano, la más cotizada del planeta, la de Carlos Monzón”:

Raúl Horacio Balbi. “Hace años que estamos luchando por una ley. Mi situación es delicada también, hace 5 años que estoy en juicio con mi ex manejador. Es un problema de plata. Cuando me tocó realizar las cinco peleas más importantes de mi carrera, nunca me mostró el contrato. Es más, en una pelea del título del mundo en el exterior, me pagó 40 mil dólares. Meses después me enteré que la bolsa era de 800 mil euros. El tema es ese, te ofrecen un dinero por pelear por el título del mundo, y uno, que se muere de ganas, termina aceptando”.

Sergio Víctor Palma. “Esta es una lucha que comenzó en 1947 Raúl Landini ( alcanzó la medalla de plata en los Juegos de Ámsterdam 1928) con la creación de la Casa del Boxeador, y la seguimos nosotros, después de tanto tiempo. No hay nadie que escuche los reclamos de los boxeadores. Me toca jugar una batalla difícil, pero no vamos a bajar los brazos”.

Ellos expresan su disconformismo. Hablan por los que no tienen voz ni voto, esperan que la Cámara Baja de Diputados (en donde el kirchnerismo tiene mayoría) le dé el visto bueno y sancione la ley del boxeo. Esperan por la decisión política para poder levantar la guardia.

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